El Hospital (segunda y última parte)
no había llevado más cambio; rezaba en sus adentros para que la otra tuviera y no tener que salir a buscar por ahí.
Salió y cruzó todo el patio de vuelta, entró, pasó por al lado de la fila de personas en tesorería, la sala de espera repleta hasta con gente en el piso y subió otras escaleras hasta el segundo.
Tocó en la primera puerta que ya conocía y salió una de blanco, ¿Dra.D?, No, debe estar arriba. Subió hasta el tercero y se encontró con la enfermera rubia de rulos de la otra vez, Hola, ¿la Dra D. está por aquí?, No, si hoy ni la he visto, ¿te fijaste en el segundo?,siempre está en el segundo, en la primera puerta al lado del ascensor, Pero si vengo de ahí y me dijeron que estaba acá, No, no, tiene que estar allá, que te habrán dicho mal niña. Bajó de vuelta y le preguntó a otras de blanco de los pasillos y algunas ni la conocían, una mujer que esperaba le decía que insistiera que seguro en algún recondite de este bendito lugar debe estar.
Suspiró y se fue hasta la entrada, entregó el carnet de usuario que nunca se ponía y salió hasta el quiosco de enfrente a comprarse una tarjeta de móvil. Dra D, soy Emma, ...., ¿doctora, me escucha?, Ayyyyy no sabes lo que me pasó, choqué el auto y recién salido del taller te lo puedes creer, es que yo no pego una, una tras otra todas mal, qué desgracia! y todav..., Lo siento, yo estaba esperándola, Ah sí, sí, por el asunto ¿te animás a venir al estacionamiento?, ¿A dónde, en dónde?, El estacionamiento, acá adentro, hay un coche de seguros, ahí estoy, recién arreglado, nuevito estaba qué desg..., Ahí voy- la interrumpió y colgó.
Entró a la playa de estacionamiento y enseguida vió el camión con letras pintadas que decía Porto Seguros. Se arrimó pero no había mujer alguna por la vuelta. Al lado estaba un pequeño auto rojo con el guardachoques caído de un lado colgando en vaivén. Pasaron unos minutos y apareció uno con un uniforme del mismo color que las letras del camión. ¿Dónde está la mujer que chocó?, Ahí adentro de esa camioneta, señaló a un costado. Fue. La Dra.D estaba en un ataque de nervios, con papeles en la falda y otro que la miraba con desgano mientras llenaba un formulario, Es que si lo cuento no me lo creen, ah no no, es de locos, de locos, y la licencia que no llega más, maldita la hora que se me ocurrió tomarme la segunda quincena, si yo sabía, lo intuía, pero claro, al señorito de mi marido que no, que va a ser mejor clima, que no hay tanta gente y que sé yo, y mira ahora este lugar que hierve como una hoguera y acá yo, sentada con el señor burocracias en el hospital en vez de estar echada en la playa mirando el ciel...Lo siento mucho doctora, ya no queda tanto para el quince, ¿Ah no? Para mí es como si fuera un año lo menos, si cada día que pasa es eterno, siempre alguna complicación, algún dolor de cabeza, ay querida no sé como llegaré al quince, no sé..., decía con voz llorosa. Hubo un silencio. El hombre desprendía malhumor de solo verlo. Al fin Emma habló. Aquí le tengo los paquetes, son cuatrocientos setenta y cinco, ...¿lo qué?- dijo la Dra.D saliendo de su congoja, Ah esto, a ver- revolvía en la cartera-, toma -sacó un billete de mil. Emma miro el billete con bronca, tendría que sí o sí ir a buscar cambio para la otra. Le entregó el vuelto y el paquete, Gracias, gracias, decir que lo del seguro, este muchacho- seguía-, que si no ya pagando otra vez, y el otro auto nada, limpito, ni un rasguño, pero claro quién sino...Emma ya no la oía, buscaba desesperadamente el billete de mil en su bolso, en los bolsillos, en el piso, Doctora usted me entregó el billete, no?, Pues claro, Es que no lo encuentro, ¿está segura?, tal vez lo sacó pero no me lo dió, A ver... yo tenía dos de mil creo, mmmm no estoy segura, ahora tengo uno - se fijaba en su cartera de nuevo. Emma seguía buscando, abajo de la camioneta, atrás del asiento, hasta para arriba miró. El hombre intervino, Disculpen, yo que estaba presente puedo atestiguar- decía con expresión solemne- que usted -miraba a Emma- entregó el cambio sin recibir el billete, Ah pues si es así toma niña, que con lo mal que estoy yo, si darme cuenta o no ya no ubico, además si este señor tan correcto lo dice...Gracias doctora, yo me he fijado bien y aquí no lo tengo, Pues por eso, un hombre de burocracias nunca se equivoca, si viven del papeleo y los cambios y los sellos y todo eso y además ganan fortunas y..., seguía la Dra D. mientras el hombre iba adoptando una expresión de ira cada vez más pronunciada. Emma se despidió apenas recibió el billete antes de que algo allí dentro explotara, Qué pase buenas vacaciones doctora, Eso espero, eso espero linda, si llego, vamos a ver....- suspiraba. Emma ya se alejaba presurosa.
Fue directo al mercado y se compró una cajilla de cigarrillos con el billete de mil. Le dieron el cambio bastante mala cara y se sentó afuera a fumarlo. El calor era ahora sofocante pasado el mediodía. Fumó rápido y volvió a entrar. La guardia la miraba como si la conociera y por tercera vez le entregó el carnet de usuario. Traspasó el patio por el costado opuesto a donde había chocado la Dra D. y subió hasta neuropediatría. Se acercó al consultorio pero no entró porque se oían llantos agudos de niño y una voz que decía, Ya terminamos amor, un esfuercito más.
Una mujer esperaba sentada y le dijo, ¿También con un niño enfermo, no?, No yo...-iba a responder Emma pero la mujer continuó, Si, si lo sabré, meses aquí dentro que es como mi casa ya, y nada, cuando parece que se me mejora, pum, empiezan los dolores de cabeza, ay mamita no puedo más ayudame, y yo ¿qué hago?¿qué le digo? decime, ya no sé más que hacer, que me mandan para aquí y para allá, que tomografía, que remedios, que tratamiento, y la niña igual, ni pizca de mejoría, que así no se puede vivir, no es vida para una criatura, no señor!...Emma la miraba y no sabía qué decirle. Se oían risas de niños desde la hamacas.
Pasó un tiempo eterno que en realidad fueron solo diez minutos. Emma estancada en la ventana pensaba otra vez. Salió una mujer con un niño en brazos y atrás la Dra.B, Pasa Emma, vení, Tome doctora, perdone la tardanza, Para nada, gracias, te llamo para el vencimiento entonces.
El ómnibus venía medianamente lleno. Quedó parada frente a una ventana abierta.
De la guitarra la música le gustaba.
Sonrió.
F. Emma T.
El hospital (parte 1)
Las había llamado con casi veinticuatro horas de anticipación para evitar los desencuentros de siempre.
Un sitio ya lo conocía porque había ido hace como dos semanas cuando
Al sitio que le había explicado
Allí se fue, en ómnibus para evitar el calor y no andar llegando con faltas de aire y con destemple. Preguntó a un muchacho donde era neuropediatría, Seguís por el pasillo hasta el patio y das vuelta a la izquierda, ahí está un edificio viejo, bueno ahí no es, ahí es maternidad, ahí lo que haces es doblar a la izquierda al fondo bien al fondo y cuando llegues pasas por ortopedia y doblas otra vez a la izquierda hasta las hamacas,..........Eh, gracias...Y se fue.
F. Emma T.
La habitación 32
Es que ni en la foto del hall roída por el tiempo se podía apreciar.
Nadie imaginó nunca que su extraño placard, sus botellas de agua, sus dos colchones forzados a fusionarse y su ventilador musical podían, de buen talante y sigilosamente, descorchar la pasión en su sentido más puro, espontáneo y encantador.
La ventana abría a un mundo y paradójicamente lo encerraba.
Si bien todos sabemos que el kronos toma rumbo a su antojo y no existe fuerza cósmica, financiera o educativa capaz de intimidarlo en sus ritmos, cierta brecha, tal puerta de otro plano, que algunos llaman ultrawash, nace estrepitosamente, y no hay quien se resista a navegar en sus misterios.
Conocido ya es el caso de aquella niña que, amante de la velocidad y excelente conductora de transportes de dos ruedas con encendido eléctrico, obturó cualquier posible estupidez propia y se entregó sin reparos y con incipiente confianza a las manos flotantes de río y de cloro de aquel otro niño cuyo enigma era justamente él mismo, ahogado de melancolía dulce de vida, buscador incesante y filósofo de vocación escondida. Encontró, junto a él y previo pasar eterno y fugaz por los dos números, la manera perfecta de vincularse con el kronos de forma tal, que ni el kronos los manejaba a ellos ni ellos a él, equilibrio atípico que muy pocas veces se siente en su plenitud.
Los tres descubrieron el significado exacto que la habitación 32 escondía: la simpleza cronopila que ama profundamente, con convicción y sin espejismos, la libertad no estereotipada, intransferible, desoladoramente hermosa, acaloradamente sublime.
F. Emma T.
Historia de los adoquines III
Placeres adoquinezcos.
Los adoquines en Colonia del Sacramento son muy seductores desde el mismo día en que esta ciudad fue fundada, allá en 1680.Caminás sobre ellos y no podes dejar de sentir su suavidad, tan especialmente acomodada en las callecitas antiguas, cerca del mar que te aturde con su olor a vida, a sexo, y a fantasía.Esto se debe a varios hechos consuetudinarios en la comunidad humana de Colonia, especialmente uno:Desde tiempos de reyes, conquistas y murallas, en Colonia se suelen realizar encuentros entre amantes que, atraídos mutuamente por razones diversas, disímiles y hasta irracionales, buscan descargar sus euforias en tan extraño lugar.Suelen alquilar alguna pieza de hotel colonial, llevarse unas botellas de vino tinto, alguna que otra sustancia y fundirse en sus libidinales carnes.Sin embargo... y aquí la relación adoquinezcal, al margen de cómo resulte este particular encuentro, el hecho de que los amantes pisen aunque sea un solo adoquín en su breve estadía lujuriosa, repercute en la sensibilidad de la comunidad adoquinezca fuertemente, con la propia consecuencia emocional y física.Ya no es extraño entre los pobladores de Colonia, ver a algún apacible transeúnte enloquecerse de golpe y piropear a la primera persona que pase por cerca... abrazarla, besarla, tocarla, susurrarle e incluso hacerla desaparecer fugazmente...luego de haber estado un tiempo encima de los adoquines (nota: se entiende por tiempo, un tiempo considerable, más o menos media hora)Por lo tanto, adoquín nacido en Colonia es seductor nato hasta su muerte.Y quién desee conocer a fondo la sensibilidad de estos pequeños seres minerales, se dirige, en un ómnibus o en un barco a dicha ciudad....e intenta adueñarse de ese aire penetrable....
F. Emma T.
Historia de los adoquines. II
Antecedentes: La vida de Francisco P.
Francisco P. nació revolucionario del alma, de eso no hay duda.
Todos los supieron desde el mismo día que fue colocado como adoquín en la cuadra.
Es de saber, que desde tiempos remotos, en la mentalidad del adoquín, el lugar preciso donde te ubiquen da cuenta de la proyección futura que uno vaya a tener, y se relaciona proporcionalmente con los estudios psicológicos implicados en el abordaje de la personalidad y las patologías agudas del psiquismo.
Esto es un poco incomprensible, y hasta podría pensarse determinista, porque nada da cuenta la colocación específica en la cuadra con las características personales que uno pueda desarrollar en su existencia.
Sin embargo no hay que olvidar (intentando romper con el antropocentrismo) que los razonamientos que podamos desarrollar los humanos distan mucho de los mitos, costumbres, visiones y razonamientos que se poseen en la comunidad adoquinezca, la cual a su vez, es importante mencionar, es bastante más poblada de lo que se pueda pensar (tener en cuenta el mundo todo, y el gran afán que existe en algunas comunidades humanas actuales por mantener los patrimonios históricos en los cuales se planta perfectamente un adoquín).
En fin, Francisco P. fue colocado justamente en el extremo izquierdo trasero de la calle, en un borde poco visible si se mira desde el ángulo diagonalmente opuesto.
Este hecho totalmente irreflexivo del humano que introdujo a Francisco P. allí, hizo que desde el mismo día de su nacimiento los viejos de la cuadra comprendieran que en un futuro, y de la mano de Francisco P., cambios sustanciales sucederían, y lamentablemente muchos temblaron por ello.
F. Emma T.
Historia de los adoquines.
Lunedí
En una calle bastante asimétrica en comparación a otras calles del mismo lugar, se juntaron varios adoquines para establecer por primera vez en la historia de la humanidad un gremio de adoquines. La intención era clara: o se organizaban y ejercían presión, o los sacarían uno por uno hasta desaparecer, incluso como palabra y ni siquiera el más insulso de los diccionarios los tendría. La reunión se realizaría un lunes a la medianoche en esta callecita de solo 50 metros ubicada en las cercanías de un puerto de aquel sitio. Esto, obviamente no fue sin razón alguna, es lógico pensar que un lunes a esas horas es casi inexistente la presencia de cualquier ser, especialmente los más numerosos, culpables de tal proceder. Bueno, la reunión se hizo, pero vaya paradoja, porque en la reunión se modificó toda la ideología adoquinezca que motivó la creación del gremio, para dar paso a la ideología del "dejar que el destino nos guíe", o hasta alguna más radical como la de "permanecer inmóvil pero con conciencia de ello". El gremio se conformó, la lucha se pasó a otro plano, y los adoquines más jóvenes comprendieron que sus vidas podían ser muy diferentes a la de sus ancestros, sobre todo si ni ellos mismos podían definir si son asexuados o no.
F. Emma T.
Carta a Manuel-manolo
infinidad de pequeñitas sorpresas llegan a mí...y sin llamarlas!...sólo aparecen y yo creo desfallecer de tanta felicidad amontonada en mi ser
....sabías que he logrado sentir esa liviandad de cuerpo que te transporta casi permanentemente....todo se vuelve intangible...permanezco en otro plano y me vuelvo una niñita....es magnífico...y sin ningún tipo de sustancia!.......eso, como te
habrás dado cuenta, me encanta, porque todo fluye así como así, y
los demás parecen captarlo y me devuelven más alegrías.... me
gustaría mucho que lo sintieras, se me hace difícil describirlo......nada es pesado, nada es un carga, no hay estrés ni aburrimiento, no puedo enojarme con nadie...todo comienza a tener una nueva dimensión...esa misma cosa que veía aborrecible se me
desdibuja ahora, y hasta la miro mirándola, no la traspaso..la puedo ver!!
.....como aquel niño que con sus dos ojos que no hace más que descubrir y descubrir, y salta de euforia ante una hormiga caminando en el pasto, ante el ladrido fuerte, inagotable de un perro, o ante esa presencia tan deseada que le devuelve ternura
sólo por el hecho de estar ahí.....y sabés que...pienso...pienso
que cuando se redescubre lo ya descubierto alguna vez, en tantos años y tan distintas circunstancias, uno vuelve a sí, se re descubre en su mundo para volver a...volverse...
ayer...otra conjura.....llegaron a esta ciudad y solo por ayer...un
grupo de músicos italianos....de la región de friuli-venezia-giulia........
que increíble Manuel, te hubiera encantado......permanecí toda la actuación - lindísima por cierto porque fue en una plaza al aire libre con un viento de esos
que le gustan a cualquiera - en un estado que el mundo de los wash no puede contemplar (tarea que me asigno desde ahora a tener en cuenta....)
.....con una energía traída desde allá...especialmente surreal, que hasta el más reprimido de mis compatriotas disfrutó incansablemente...que belleza!.....no contuve mis ganas y hasta parlé con alguno de ellos...sólo para escuchar ese idioma que no tiene comparación en el mundo de los dialectos y de la vida toda....y al final, ya abajo del escenario…podes creer que entonaron con sus trompetas y clarinetes la hermosa melodía "misirlou"....aquella de pulp fiction.....eso ya fue un delirio que
me sumergió a retornar a mi casa envuelta en una especie de afrodisíaco musical...... te mencionaré luego los links de estos grupos, porque se merecen ser escuchados......y a mí, me merecieron muchos más deseos de partir a ese hermoso país
....una necesidad que crece día a día....
qué deseo grande de abrazarte y no abrumarte con palabras -hermosas son las palabras igual por cierto, no hay que desconocer la belleza melódica de ciertas letras que, juntas, son nada más que ellas en su esencia incorruptible - , y haciendo un paréntesis....no te parece que el mundo es una melodía inagotable?.....todo tiene melodía....hasta esas motos sin silenciador tienen melodía....esto lo sentí justamente hoy.....y hasta me asombré...porque siempre quise hacer hasta una especie de ley que erradicara semejante atentado contra el oído....pero increíblemente, hoy y así, sin más...me pareció bonito....era como un cascarón queriendo salir presurosamente de su encierro...entonces pensé...que genial....el tipo se está liberando de algo....que siga entonces con su melodía....y lo vi irse...él en su moto melódica y yo en mi bicicleta despacio como flor en flor...
e anche io he sabido soñarte despierta o dormida, ya no lo sé, imaginándote en tus tan innovadoras maneras de ser y moverte...se cae un sueño sin caer.....lo atrayente...sutilmente atrayente de ti...es esa hermosa sintonía de la búsqueda buscada y de la búsqueda desconocida...mezcla autóctona de espontaneidad pura, fuerte, linda como solo lo espontáneo puede ser....porque te vas lejos sin ataduras...y no hay consumismo estúpido que valga en estas cuestiones latentes que todos tenemos....y te vuelves suave para acariciar....y ya no te envuelve ningún parámetro posmodernista......no puedo ver vacío en ti....no he podido y no creo poder...y ello, mi bellisimo ragazzo...es la dulzura que me mueve a mí en querer de ti algo más que algo más...
mi lindo cronopio, bello como él mismo.......no nos desencontremos en el desencuentro......encontrémonos en él.....bacio per te…para quién si no?
F. Emma T.
Penúltimo cuento.
Parada de ómnibus.
De 19 a 21 horas.
Cuatro personas. Luego tres. Luego cinco. Luego cuatro y una más alejada. Luego tres y la alejada.
Personas que fluctuaron, dialogaron y se marcharon: cuatro (no incluidas en el recuento anterior)
Edades aproximadas: de veinte a setenta.
Nota: no se mencionaron nombres hasta casi el fin.
Tópico de enlace: la ausencia fantasmagórica de transporte y la consecuente imposibilidad de traslado a tiempo.
Estados anímicos: tranquilidad absoluta y bienestar en dos, impaciencia y malhumor en una, enojo con el cuartel de bomberos, desenfado y extraña armonía en otra. Pasividad y sonrisa permanente en la alejada.
Indicios de vidas: rutinaria con ansia de cambios a través del arte del violín en una; libre en soledad, desestructurada, permanencia en otro plano con contactos frecuentes e inteligentes en el plano común de la noche, otra; desasosiego por algo desconocido y nostalgia profunda, otra; alegría no eufórica y dejarse en manos del destino provisoriamente, en otra.
Tópicos de discusión, debate y pasar el tiempo: el mercado del puerto, el nuevo fiscal de corte, la película "El violín rojo", el precio de los violines, el poder del cuartel de bomberos y su ineficacia, 1953, Mussolini y "Adolfo", los rojos, quién es reina y quién es un gil, si se salía de madrugada, si tomar un taxi si es que llega a pasar uno, si hacer dedo, si comprar cerveza y quedarse ahí, el tener una hija, el vivir en Salto, que el 17 es obvio que sirve para llegar al Cerro, que “la gorda de los bomberos es una hija de puta”, que el tener estudios, la música celta con o sin gaitas, adivinar edades, la danza, los viajes, la filosofía.
Desenlace: cuatro caminar, otro marcharse para el lado opuesto con su bolso. De los caminantes se separa uno sin palabras y no contesta. Un taxi con un taxista y un tipo de seguridad, o un milico o un espía. Se suben. Dos se bajan y dejan plata. Uno sigue. Se dicen los nombres.
F. Emma T. (1980)