El verso de mí mismo va en un hongo
que se estira hacia los soles de café,
soy espora de una espora de una espora
del Big Ben original que trazó el rumbo.
El ping pong de la big band es acordeón
de rítmico rugido de tránsito rojizo,
big bang de un inadvertido yin yang
que se quita la ropa y luego se la pone.
El derecho a ser yo mismo es un hongo inexpugnable
que hace fintas al azar
sólo bajo estas premisas:
la muerte es el ladrillo de la vida,
el gris es el portland de los jardines de infantes,
Caeiro era un hongo inexplicable
y las joyas siempre están hechas de sesos.
Fernández de Palleja.
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Sé de las secas del Nordeste brasilero,
de las guerras, de los dictadores
y de elecciones ineptas.
Sé de la melancolía de los románticos,
de los borrachos, de los cantores
y de versos quinceañeros.
Sé del ajedrez cuyos peones son humanos,
de sábanas manchadas, de curas
y de pasiones curables.
Sé de enumeraciones que avanzan en vano,
de papeles que manchan la esencia
y de los besos por números.
Sé de montañas de palabras sin valor,
de las comidas amortajadas
del basurero asimétrico.
Tiranías, cortes de agua, las inundaciones
que ahogan y resecan la alegría:
más que nada eso me cansa.
Fernández de Palleja.
de las guerras, de los dictadores
y de elecciones ineptas.
Sé de la melancolía de los románticos,
de los borrachos, de los cantores
y de versos quinceañeros.
Sé del ajedrez cuyos peones son humanos,
de sábanas manchadas, de curas
y de pasiones curables.
Sé de enumeraciones que avanzan en vano,
de papeles que manchan la esencia
y de los besos por números.
Sé de montañas de palabras sin valor,
de las comidas amortajadas
del basurero asimétrico.
Tiranías, cortes de agua, las inundaciones
que ahogan y resecan la alegría:
más que nada eso me cansa.
Fernández de Palleja.
Erupciones
Un orgasmo de fuego que se gesta
en matriz de roca blanda que se apura
rompe rubicundo rojas testas
que pisaban los pies cual roca dura.
El signo sale del seno que es verga
de bergantín lanzado a la bartola,
lengua de magma convertido en jergas
fusionándose, como Edipo, en olas.
Líneas rojas se derraman del tintero
de siempre y de mañana todavía,
textimonios del boleto de viajero.
Esos tubos multiétnicos que humean
son las caras de Vulcano en estos días,
son los penes con que mata madre Gea.
Fernández de Palleja
en matriz de roca blanda que se apura
rompe rubicundo rojas testas
que pisaban los pies cual roca dura.
El signo sale del seno que es verga
de bergantín lanzado a la bartola,
lengua de magma convertido en jergas
fusionándose, como Edipo, en olas.
Líneas rojas se derraman del tintero
de siempre y de mañana todavía,
textimonios del boleto de viajero.
Esos tubos multiétnicos que humean
son las caras de Vulcano en estos días,
son los penes con que mata madre Gea.
Fernández de Palleja
Silencio
Si leen "cio" en portugués piensen que el callar es
un resorte que busca reproducirse,
como un gato montés.
En el monte hay silencio decorado por la evolución
que busca sobrevivir.
Esta espora lo sabe,
y no es una espuela
sino el sudor buscando,
la carne esperando hacer músicas montesas
para volver al principio
del poema.
Fernández de Palleja.
un resorte que busca reproducirse,
como un gato montés.
En el monte hay silencio decorado por la evolución
que busca sobrevivir.
Esta espora lo sabe,
y no es una espuela
sino el sudor buscando,
la carne esperando hacer músicas montesas
para volver al principio
del poema.
Fernández de Palleja.
fucking soneto al revés
sobre si son pescaditos hay varias teorías
sostenidas por filósofos tartamudeantes
sacados de poesías de la voz del aire
sobre si son lo que está abajo es un remiendo
para el vestigio dejado por babosas rápidas
de lunas penetradas por ramas cabezohongas
vienen del galope de caballos y de vacas
que son plata que se va cagando hacia la muerte
y se inflan luego de que el arcoiris viboree
para que los coman los jabalíes urbanos
son de colores espirituales de repente
salen de caderas bamboleantes estrelladas
se ahondan las olas en el aire ululante
y acabo viajando por la puta de tus piernas
sostenidas por filósofos tartamudeantes
sacados de poesías de la voz del aire
sobre si son lo que está abajo es un remiendo
para el vestigio dejado por babosas rápidas
de lunas penetradas por ramas cabezohongas
vienen del galope de caballos y de vacas
que son plata que se va cagando hacia la muerte
y se inflan luego de que el arcoiris viboree
para que los coman los jabalíes urbanos
son de colores espirituales de repente
salen de caderas bamboleantes estrelladas
se ahondan las olas en el aire ululante
y acabo viajando por la puta de tus piernas
Fernández de Palleja
Cerro de los fogones
(se dedica a los minuanos)
Sobre la sombra del cerro, la sombra del hombre.
Un héroe es un hombre con sombra.
Las luces de los admiradores proyectan un cono sobre la verdad.
Un cerro es un entrecejo venerado.
El sol le saca fotos a un rostro de piedra
y en verde y gris es el blanco y negro de la historia.
La masa se cuece al son del fuego
en noches que iluminan a la piedra.
La quietud del caballo
recorre la cuchilla del tiempo
y mueve al hombre que lleva arriba.
El jinete es sombra de piedra
que mira la luz que le llega de abajo.
Fernández de Palleja
Sobre la sombra del cerro, la sombra del hombre.
Un héroe es un hombre con sombra.
Las luces de los admiradores proyectan un cono sobre la verdad.
Un cerro es un entrecejo venerado.
El sol le saca fotos a un rostro de piedra
y en verde y gris es el blanco y negro de la historia.
La masa se cuece al son del fuego
en noches que iluminan a la piedra.
La quietud del caballo
recorre la cuchilla del tiempo
y mueve al hombre que lleva arriba.
El jinete es sombra de piedra
que mira la luz que le llega de abajo.
Fernández de Palleja
Presente imperfecto complicado
Lo único perfecto son los defectos.
El empeño por construir peñas lisas
contorneadas de retazos directos
termina en trazos escritos con tiza.
Lo triste es el no tratar de trepar
por la fisura que la usura le hace
al templo que vierte en el agua mar
y vuelve pasto a la vaca que pace.
No es loable lamer botas culturales
ni esperar con esperanza esperada
pero al fin nos fingimos orinales
con el fin de agregarle a la ensalada
las ruinas de la vaca degollada
porque el bien perfecto está hecho de males.
El empeño por construir peñas lisas
contorneadas de retazos directos
termina en trazos escritos con tiza.
Lo triste es el no tratar de trepar
por la fisura que la usura le hace
al templo que vierte en el agua mar
y vuelve pasto a la vaca que pace.
No es loable lamer botas culturales
ni esperar con esperanza esperada
pero al fin nos fingimos orinales
con el fin de agregarle a la ensalada
las ruinas de la vaca degollada
porque el bien perfecto está hecho de males.
Fernández de Palleja (1978)
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