Presentación

Lo descubrí una tarde en un rincón. Era pequeño, casi insignificante. Debo admitir que me costó reconocerlo. No podía dejarlo ahí. Tenía que eliminarlo. Ya se sabe como son estas cosas, después crecen y uno se encariña. No sé qué fue que me distrajo pero me olvidé de él. Por algún motivo me tuve que ir y ahí se quedó. No sabía que crecieran tan rápido. Cuando lo volví a ver parecía otro, mucho más grande, exagero, un poco más grande, tenía otro color y estaba tomando forma. Yo sabía, tenía que haberlo eliminado. Ahora, cada vez que lo miro, con su forma con su color me cuenta una gran historia. La mayoría son mentiras, pero las mentiras bien contadas me gustan.

Se lo presenté a mis amigos, los más allegados, no es cuestión de que cualquier gíl se meta en mis cosas. Uno de ellos me propuso infinidad de formas de atacarlo, así me libraría de esa molestia. Ya no es mi amigo. No puedo tener amigos tan insensibles.

En fin, creció. Creo que se alimenta de mi aburrimiento. Cada vez que me aburro lo miro y está más grande y su forma nunca es la misma. Tiene una forma diferente para cada una de sus historias. Tiene mucho que decir y me lo dice. Es un glotón; no le alcanza con mi aburrimiento. Mi casa le quedó chica y ya está recorriendo el barrio.
Me di cuenta de que no a todos nos cuenta lo mismo. O sí... Quizá yo haya estado distraído y por eso no entendí alguna de sus historias. Suele ocurrir. Me han contado historias contadas por él que son increíbles. Lástima que me las haya perdido.
A partir de ahora hay que estar más atento.

El Hongo (2007).

1 comentario:

Anónimo dijo...

El hongo... me encariño en su crecer, me deleita cada pequeña letra, allí, en el lugar que le ha tocado pertenecer...
abrazos escritores, sea cual sea la historia a desentender en la comprensión absoluta....
alegría y saltitos y deseos de....

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