Irremediables cuestiones de humanidad amante

De la claridad interna…
De la paz nítida
De la conciencia activa despierta el proceso.
Internalidad externa
Convicción expulsiva, compulsiva, no repulsiva.
Detalles imprecisos que se pierden y los encuentro débiles.
Ni débil ni fuerte
Tan simple que se confunde en complicado.
Convicción extrema, externa, exenta de posibilidad divina.
Porque es humana la risa social, estimulo de niños estimados, subestimados.
Contactos posibles, visibles en la oscuridad intima de un sueño de amor.
Ilusiones posibles, nunca soñadas, particulares simplezas que se unen de una mano fuerte y una risa endeble- efímera.
Palabras llenas del vacío compuesto- impuesto.
Imágenes sostenidas en un tiempo viajero- que no regresa
Viene y va, yo y el, ilusión eterna.

Realidad interna de quien tiene miedos
Miedo de libertad, extrema pobreza solapada-
cuándo la fluidez angustia, la culpa no tiene dueño
Es efímero el deseo, se superpone la mente y aniquila
la alegría, todo se convierte en probable, en posibles e imposibles.
El discurso se tiñe de ambigüedad, las palabras confluyen ahogadas.
Pasaje a la tierra del olvido, al subterráneo de los abrazos, al cielo lúgubre de sol pálido, indefenso.
Las fuerzas no se rescatan, no se estimulan ni se reproducen en sonrisas,
La espontaneidad se pierde jugando a las escondidas, a solas.
A solas es el mejor refugio
De imágenes conocidas, de sueños incontrolables que trasladan de noche en noche la ansiedad intensa, desconcentrada, centrada en los miedos que en mí habitan.
Necesidades múltiples de energías sorpresivas, radicalizantes de las esperanzas.



Texto: Florencia Rodríguez
Foto: Servando Valero

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