En cada lluvia entristece
cansado de corretear ida y vuelta.
Su dedo apunta al cielo
siguiendo la mirada que no logra
contar las gotas que la lluvia comprende.
Como a un alma doliente cada gota concibe;
pero nunca sabrá, pobre loco,
cuánto cuerdo le llueve al mundo,
cuántos mundos al mundo llueven.
Eladio Camejo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario