Sé de las secas del Nordeste brasilero,
de las guerras, de los dictadores
y de elecciones ineptas.
Sé de la melancolía de los románticos,
de los borrachos, de los cantores
y de versos quinceañeros.
Sé del ajedrez cuyos peones son humanos,
de sábanas manchadas, de curas
y de pasiones curables.
Sé de enumeraciones que avanzan en vano,
de papeles que manchan la esencia
y de los besos por números.
Sé de montañas de palabras sin valor,
de las comidas amortajadas
del basurero asimétrico.
Tiranías, cortes de agua, las inundaciones
que ahogan y resecan la alegría:
más que nada eso me cansa.
Fernández de Palleja.
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